En
días de playa todos gozamos
recibiendo
el golpe acariciante de las olas.
Olas
que se divierten revolcándonos
y
luego se ríen
con
el reventar de las espumas en la arena.
¿Dios
se divierte divirtiéndonos?
En
días de playa todos somos iguales:
ricos
y pobres, padres e hijos,
chicos
y ancianos.
En
la playa todos somos niños
y
en la playa todos somos buenos:
nadie
entra con armas en el mar.
Miles
de kilómetros de arena
rodean
los cinco continentes,
y
millones de bañistas en recreo
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