Rosadas
bailarinas de plumoso ropaje
que
se agitan con femeniles coqueteos.
Gupis que exhiben orgullosos
el
abanico de su preciosa cola irisada.
Neones fosforescentes
de
brillante cenefa luminosa.
Escalares aplanados
y erguidos
que
avanzan y retroceden
a
impulsos de imperceptibles aletas.
Y
todos estos hermosos pececillos son mudos,
en
el silencio cristalino del acuario,
donde
las verdes plantas
fingen
un bosque submarino,
y
donde las burbujas del oxígeno
juguetean
en desorden
como
niñas que salen a recreo.
y
con inquieto revolotear de golondrinas.
Caballitos de mar siempre
erguidos.
Medusas de
gelatina transparente
como cuerpos de vidrio.
Durante
millones de años
estos
peces antecedieron a la humanidad,
y
nunca supieron ellos
que
eran tan hermosos.
¿Se
crearon ellos mismos?
¿Nacieron
de la nada
sin
previa diagramación
ni
previo Artífice?
Cuando
se extingan los hombres
sobre
la tierra
continuarán
los pececillos
luciendo su belleza para nadie.
¡Oh
Señor, tu acuario es el océano;
desde
el cielo te diviertes contemplándolo!
¿Qué
harías tú, Señor, sin criaturas?
¿Con
qué distraerías tu silenciosa
Me pareció muy interesante este poema porque se resalta la diversidad de los peces y la importancia de su habitad.
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