miércoles, 29 de junio de 2016

Música de la Naturaleza









Música de la Naturaleza

Anoche colgué mi hamaca
entre dos palmeras  a la orilla del mar
y empecé mi vaivén…

Me arrullaban las olas
con su eterno llegar…
canción de cuna que me hizo dormir.

Hoy me aterró un airado vendaval
frente a los arrecifes.

Soberbias olas arremetían
contra el acantilado,
produciendo una explosión
de neblinas y vapores
que salpicaban mi cuerpo
y amedrentaban mi espíritu.



Cuando la brisa revuelve
las ramas de los árboles
haciéndoles cosquillas,

las ramas de los árboles se ríen.

El viento juguetón
peina el trigal y lo convierte en oleaje rubio.

El viento juguetón encrespa las olas del mar
y  las corona  de crestas y de espumas.

El viento juguetón doblega las palmeras
y acaricia la piel de las bañistas.

Toda cascada es musical,
toda quebrada es cantarina.

Tenue llovizna
cae sobre las pajas de mi rancho;
su exquisita suavidad
me produce una fruición indefinible.
Es el adagio de la sinfonía.

Estruendoso aguacero
teclea sobre los tejados
y acribilla los árboles del parque.

Sigue un súbito relámpago
y un trueno cavernoso que me aterroriza.
Es el fortísimo de la salvaje sinfonía.


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