miércoles, 29 de junio de 2016

la Nieve






La Nieve

Lo más inocente sobre el mundo es la nieve,
esa sustancia tan insustancial y tan divina
que no es ni líquida ni sólida ni gaseosa.

Tan leve como plumas:
si alzas un copo de nieve no alzas nada,
no pesa nada.

Y en cuanto a blancura, la nieve no tiene rival,
cualquier otra blancura es inferior, parece gris.

Lo único igual de blanco a la nieve es la nube.
nube y nieve son gemelas.




Ambas están hechas de agua
y ambas son intercambiables:
la nube se convierte en nieve, y la nieve en nube.

Cuando se descongeló cierto picacho de los Andes
y quedó la simple roca gris,
los campesinos deploraban:
¡Lástima, desapareció el encanto!

Cuando desaparezcan los nevados,
la tierra quedará simple y sin gracia;
habrá perdido su blanco velo de inocencia,
como novia sin su ajuar.

¡Gracias, Señor,
por tu divino invento de la nieve!
Lástima que la costumbre
nos embota el asombro.

Pero yo estreno pupilas de niño cada día
y veo que cada día se renueva el milagro.

Déjame llorar de admiración y de alegría.

¡Quisiera también reír y cantar y bailar
y besar tus regias manos!

Pero no te encuentro en la Tierra,

¿Dónde estás?




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