lunes, 8 de febrero de 2016

Bodando un alba

Bordando un alba

Al pie de la cuna bordaba un ajuar
soñando ternuras en su fantasía;
orló con encajes el menudo ruedo
y en todos los lienzos bordó florecillas.

Pasaron los años: niñez, juventud.
Al niño de entonces Dios llamó a su Viña.
La madre, llorosa, se quedó bordando
como cuando el lienzo del ajuar cosía.

Aquel trajecito convirtiose en alba;
las flores aquellas, en santas insignias.
Otra vez encajes, otra vez ternuras
y el dulce tormento de la expectativa.

Bajará del Cielo la unción a tus manos
y absueltas las almas serán redimidas;
signará tus labios el ángel de guarda
y hablará tu boca palabras divinas.

Irás por el mundo consolando tristes,
saciando las hambres, calmando las iras.
Quizás en las selvas de allende los mares
se cansen tus plantas de noche y de día.

Un alba de amores tejieron mis manos:
vivirás blancura de primera misa.
Trigales maduros te reclaman, vete…
La mies que segares será tuya y mía.

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