Sin
mérito ni culpa, soy poeta;
sintonizo
con todas las criaturas.
En
mí repercuten todas las delicias
y
todos los quebrantos.
Mi
corazón es un sismógrafo;
mi
pulso, el estilete
que
inscribe oscilaciones.
Registra
todo en verso:
el
sismograma es un poema.
¿Y
el epicentro? Yo mismo.
En
mi subsuelo se origina
una
falla emocional
y
en mi corteza una fruición
y
unas lágrimas.
Poeta:
eres
mitad mujer
y mitad profeta.
y mitad profeta.
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