Cantando
corre la fuente,
cantando
la niña lava;
el
agua se baña en sol
y el sol se baña en el agua.
Sabe
a trino su canción
Y
al gluglú de la fontana.
¿Qué
cantará esa boquita
si
es canción su misma infancia?
El
viento alegra las frondas,
se
mece un trino en su rama;
los
pañuelos hacen señas
tendidos
en su alambrada.
Estrenando
un arco iris
como
florida guirnalda,
luce
joyas en el césped
la
sonreída mañana.
Cual
risa de las praderas,
la
melodiosa quebrada
corre
brisando sus vegas
con
perfumes de retama.
Trajecitos
de muñeca
la
niña enjabona y lava;
más
bien se lava con ellos
las
manecitas rosadas.
A
cada chas en la piedra
diamantes
en torno saltan,
y
juguetonas revuelan
burbujas
tornasoladas.
Cien
pompas multicolores
copian
la niña encantada,
cual
princesita de cuentos
en
el jardín de las hadas.
Llegó
a libar en sus bucles
mariposa
equivocada;
parece
un lazo de cielo
con
el turquí de sus alas.
Un
travieso corderillo
se
acera por asustarla;
es
la inocencia que juega
con
la inocencia que canta.
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