Si
yo pudiera comenzar la vida,
otra
fuera, quizás, mi decisión.
Mas
¡ay! otros errores y otra herida
me
hicieran añorar nueva elección.
Laberinto
de sendas es la vida,
y
todas con su espina y con su flor;
envidiamos
la ajena por florida
sin
saber que envidiamos un dolor.
Todo
engrana en las ruedas del destino,
y
el destino en el plan del Alfarero;
aun
el barro que somos es divino.
Tal
ensambló su mundo el Ingeniero,
que
aunque somos las brújulas del viaje,
a
todo imán rendimos vasallaje.
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