lunes, 8 de febrero de 2016

Con mi buey

Con mi buey

Voy de tarde, paso a paso,
con mi buey
hacia el río, para darle
de beber.

Compañero, tú me enseñas
con tu paz
el encanto de la vida
sin afán.

Vanse abrieno las sencillas
buenastardes,
que constelan los recodos
de mi valle.

En tu senda florecida
nada temes,
porque, fuera de tu calma,
nada tienes.

Cambio todas mis codicias
y mi afán
por tu nada, tus silencios
y tu paz.

Ya los grillos enamoran
con violines,
y con mágicos aromas
los jazmines.

Candelillas, cual pespuntes
de fulgores,
hilvanando van los lutos
de la noche.

Ya en la orilla, silencioso,
bebes astros
en la diáfana delicia
del remanso.

Muda el agua, muda el ave,
mudo el viento;
las galaxias fosforecen
en silencio.

Regresamos. Esta noche
dormirás
sin que turbe tu reposo
ni un pesar.

El recuerdo de los surcos
es tu gozo,
do sembraste la fortuna
para otros.

Que me alegren estos versos,
estos surcos,
   do sembré la paz del cielo 
                         para el mundo.                       

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