De
tus nieves la cándida lumbre
sobre
el mar de colinas platea;
tal
brilló, de tu ayer en la cumbre,
Libertad
que por siglos ondea.
No
acarician tu planta las olas
con
espumas de ocioso vaivén;
oleaje
de mieses tremolas
y
esmeraldas te ciñen la sien.
Junto
al cielo tu casta laguna,
bajo
el suelo tu blanco metal;
en
tus llanos la verde fortuna
y
en tus selvas el óleo triunfal.
En
tus valles tejieron su nido
poesía,
romance y canción;
y
aun la Reina del Cielo ha querido
sobre
el Ande lucir su mansión.
Boyacá,
la de fechas y nombres,
la
de orfebres y altares ayer:
hoy
descubren tu gracia los hombres,
tus
paisajes, tu amor, tu mujer.
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