El
ayer que vivimos
era
el único ayer. Por nexo arcano,
si
el mundo comenzara
sucedieran
las cosas como antaño.
Cayeran
de los árboles
las
mismas hojas en los mismos días;
los
dados y las suertes
lo
mismo que marcaron marcarían.
La
Historia repitiérase
con
sus guerras, sus paces, sus imperios;
las
ciencias y las artes,
los
mismos santos y los mismos genios.
Naciéramos
los mismos,
fraguados
en el molde de la herencia;
como
al color del vidrio
se
tiñen los capullos de la seda.
Otra
vez tomaríamos,
libremente, las mismas decisiones;
como
en los mismos trances
repetimos
idénticos errores.
No
hay trama sin revés.
Inútil
deplorar nuestro pretérito.
La
urdimbre de los días
entreteje
las fallas con los éxitos.
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