¡Si
al madrugar un día
y
al bañarme en la fuente
me
fuera yo volviendo
por
magia de linfas
de
nuevo adolescente!
¡Si
un frescor y una brisa
de
aromados pensiles
soplárame
los años
y
fuérame inspirando
delicias
infantiles!
¡Si
un ovni extraterrestre
raptárame
del mundo,
y
accediendo a mis ansias
me
posara en vergeles
de
remotas galaxias!
Donde
todo es belleza,
donde
todo es delicia.
Donde
Dios no se oculta
como
en este planeta
de
tan crueles angustias.
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