jueves, 11 de febrero de 2016

Una vuelta en canoa

Una vuelta en canoa

        Hacia el iris radiante de intangibles colores         
encamino mi barca por la tersa planicie;
aletean mis remos... y a intervalos iguales
cristalinos  hoyuelos escoltándome ríen.

Mariposas danzantes con su vuelo inaudible
tras de mí se vinieron aplaudiendo mi fuga;
y adelante mi proa va rasgando, festiva,
la flotante pradera de violetas que ondulan.

Un rojizo flamenco, sobre verdes juncales,
equilibra el embrujo de sus ígneos rubores;
pensativo en su zanca, solitario estilita,
se refleja vibrátil diluyendo arreboles.

Al nivel del remanso golondrinas revuelan
rasguñando el espejo con sus picos rasantes;
y unas garzas rosadas, de silencio y de seda,
florecieron al borde  cual silvestres rosales.

Navegando sin rumbo la inundada campiña,
me sorprenden las frutas de olvidada cosecha;
mandarinas descuelgo con sedienta codicia,
y mis manos exhalan deliciosas esencias.

Abandono el oasis cuando arrecia el crescendo
de las ranas que aturden con triunfal gritería;
y un millón de luciérnagas acribilla las sombras
cual bengalas que juegan en fantástica orgía.

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