Plata
y espuma por la roca lisa
son
la campana de argentinas notas
que
repica con músicas ignotas
bajo
el iris del sol y de la brisa.
El
raudal en cascada se desliza
y
al desgranarse en diamantinas gotas
va
salpicando con sus perlas rotas
La
oblícua peña que el verdor tapiza.
Caído,
a su pesar, desde la altura,
alza
en vapor su inmaculado vuelo
y
en blanco nimbo del cenit fulgura.
Tal
es mi limpio y fascinante anhelo:
la
inercia desechar de mi atadura
y
ágil de amor evaporarme al cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario