jueves, 11 de febrero de 2016

N i ñ a






N i ñ a

De seis abriles la princesita,
rizos dorados y ojos azules;
cuando ellos miran, el cielo baja
y el alma sube.

Habla sonriendo con tal delicia,
que al hechizarnos primor tan dulce
los terrenales sabemos cómo
son los querubes.

Lazo de cinta liba en sus sienes
cual mariposa de alas azules;
y esas manzanas entre sonrisas
hoyuelos lucen.

¿Pudo el acaso, pudo la inercia
labrar tal joya de pulcritudes?
¿Y otra vez lleva todo a la Nada
quien lo produce?

Si todo muere; si entre dos Nadas
el Universo nace y sucumbe,
ociosa industria la de los dioses
que lo construyen.

No crezcas, niña, vuélvete al Cielo
con tus donaires, risas y bucles;
que, otra vez niños, también iremos
a donde subes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario