Alegres colegialas irradiando ilusiones
invadieron
el tren.
Cantando
se alejaban… mientras yo con envidia
callaba
en el andén.
Partieron
jubilosas en limpia madrugada
con
la brisa y el sol.
Al
himno de las ruedas cruzarán las llanuras
hacia
ignota región.
¡Y
haberme yo quedado sobre la firme tierra
para
el deber cumplir!
Y
aquellas emigraron luciendo en las pupilas
la
dicha de partir.
Así
todos los días viajes hay a Ultramundo
para
volver jamás.
Y
los que no esperaban emigran al Futuro
y
al ignoto solaz.
Y
yo, que siempre vivo con pasaje de
anhelos
y
listo en el andén,
¿por
qué burlado espero, y acaban tantos años
y
aguardo aún mi tren?
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