Crujió,
por los hachazos abatido,
y
estruendoso quebrántase el madero;
el
viento añorará frondas y nido,
retoñará
ilusiones, postrimero.
Sombra
que fuera del gañán rendido,
verde
ornato a la orilla del sendero;
nadie
por él tocado ni ofendido,
frescura
del arroyo y del viajero.
¡Quién
luciera su pompa y sus trinares,
templara
el sol, o convertido en leña
fuera
lumbre y abrigo en los hogares!
¡Quién,
como el sauce que callando enseña,
se
vengara del golpe fratricida
retoñando
promesas por la herida!
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