martes, 9 de febrero de 2016

Oro Negro

Oro Negro

(I - Exploración)

La torre ya humilla samanes y cámbulos,
volaron los trinos, rodó la serpiente.
Febriles braceros; cadenas, chasquidos,
bramar de motores, crujir de trinquetes.

Goloso el taladro penetra y succiona;
subsuelos fangosos emergen y emergen…
Arcaicas edades despiertan y afloran;
el caos y el cosmos, antaño al presente.

¡Peligro! ¡Despacio! Vapor de carburos.
Ya fósiles muestras el barro contiene;
que a millas debajo perfora el barreno
la era primaria, conserva de peces.

Hundidas montañas agobian el foso;
fermento de siglos el flúido impele,
y el crudo liberto, ganando los tubos,
llegó cual disparo de lúbrico aceite.

Cimbraron registros, marcaron esferas,
y acude a los tanques el negro torrente.
Los técnicos ríen, los hércules cantan,
y el chorro prodiga millón de toneles.




(II – Explotación)

Corrieron los años. Un bosque de torres
y un pueblo de tanques cubrió la llanura.
Mil émbolos beben pulsando a los hornos
el óleo de piedra de añosa factura.

La refinería (flautones de un órgano)
crepita y disuena con hórrida música.
Neblinas la inciensan. De noche parece
radiante castillo suspenso en la en bruma.

Fragosas calderas derivan sustancias
que aroman, detergen, lubrican y alumbran.
¡Loor a la alquimia que atruena en las hélices
y en mares y en tierras el viaje apresura!

¡Loor a la magia de anónimo Ingenio
que pródigo elíxir mezcló en catacumbas,
y líquidos oros guardó en la bodega
de aqueste crucero de incógnita hechura!

Eiffélicas torres profanan los cielos
y agitan penachos de llamas que ondulan;
insignia del hombre que al fango sombrío
tornó en luminaria y en vuelo y altura.

Elásticos tubos en pos del Caribe
con brillos hilvanan las verdes llanuras.
Y emigran los barcos llevándose a bordo
fragmentos de patria, de gloria y fortuna.

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