Alegre
firmamento:
con
tu sol y tus nubes
y
tus aves que juegan
en
la dicha del viento,
sonríes
impasible
sobre
tantos enigmas
que
rumia el pensamiento.
No
saber todavía
cuándo
y cómo empezaron
los
hombres en la Tierra
ni
a qué se los envía.
Viajar
con el planeta
sin
saber el principio
ni
el final de la vía…
Martirio
del pensar:
¿Ser
el rey de las cosas
es
tener, por tenerlas,
un
afán y otro afán?
¿Venir
a la existencia
con
las manos vacías
y,
vacías, marchar?
Sufrir
hambres y penas,
ser
campo de batalla
los
pueblos y las almas.
Odiarnos
como fieras,
destruir
el paisaje.
Mejor estaba el mundo
Mejor estaba el mundo
sin
hombres y sin guerras!
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