lunes, 8 de febrero de 2016

El Silencio de Dios

El Silencio de Dios

Mudo en el cielo y en la tierra mudo,
mudo en la dicha, mudo en la tristeza;
mientras todo en la vida tiene arrullo
¿calla el Autor de la mundial orquesta?

Ebrias de amanecer gritan las aves,
gritan con su destello las luciérnagas;
resplandecen las flores en el valle
y en la noche florecen las estrellas.

¿Y el Artista del mundo no sonríe?
¿Dónde oculta el taller de sus milagros?
Cuando busco su faz en los jardines
los aromas me cuentan: “Ha pasado”.

Corrí tras la cascada bulliciosa
mas solo hallé, tras el bullicio, nada.
Si al eco preguntaba de las rocas,
lo que yo pregunté me preguntaban.

¿Quién revuela invisible con el viento
jugando con las frondas del paisaje;
en el polen llevando un himeneo
y una carta de amor en los trinares?

En los hoyuelos de las niñas ríe
y en la marea de las rubias mieses;
con la fontana de la gruta gime,
juega con los felinos en el césped.

¿Quién a la noche sosegada y triste
la enjoyó de cocuyos y luceros?
¿Quién le trajo un concierto de violines
al nivel de las flores y del trébol?

Adivina, me dice con sus olas
el mar que juega de placer y orgullo:
¿Quién me tendió y en qué lejana aurora,
tan vasto, tan inquieto y tan profundo?

Adivina, me dicen los planetas:
¿Quién fijó, tan exacto, nuestras órbitas?
¿Cómo empezó la sideral carrera?
¿Cuándo de nuevo reinarán las sombras?

Sube a bordo, mortal, del pensamiento
y apresúrate allende las galaxias:
Llegarás al confín del Universo,
mas no al rincón de la impalpable Nada.

Embarcado en tu loca fantasía,
acelera tu rumbo hacia el pretérito:
llegarás al comienzo de los días,
mas siempre un Alguien precedió al comienzo.

Regresa ya, dirígete a futuro:
extinguidos los astros y milenios,
un Reloj seguirá después del mundo
marcando eternidad: su Pensamiento.

¡No cabe lo infinito en mis estrofas,
ya estalla de emociones mi poema!
Sintonizo del mundo las congojas
y trasmito del mundo las bellezas.

¿Quién diseñó el azul del firmamento
y engalana el poniente de arreboles?
¿Quién instaló en la carne el pensamiento,
quién inventó el cariño y los amores?

Inaudible, ¿quién trina en cada trino?
Invisible, ¿quién vuela en cada vuelo?
¿Quién canta con la música del río,
Quién juega con el júbilo del viento?

Calla en el lago de olvidada selva
y en la niñez del manantial retoza;
se arrebuja de nieves en la sierra
y en el estruendo del volcán detona.

Él trajo el ser desde su Ser un día;
ser que inicia el turbión de las moléculas,
se torna vegetal en las semillas,
siente en el bruto, y en el hombre piensa.

¿Quién ensambló las piezas de los átomos
cual piñones de todo el universo?
¿Quién atiza el incendio de los astros,
pirotecnia de todo el firmamento?

Mudo en el alma y en el cuerpo mudo;
tan mudo en la ciudad como en el campo.
¿Será que se prendó de ajenos mundos,
será que nos acecha enamorando?

Mudo en el templo y en la hostia mudo;
mudo en la gracia, mudo en el pecado.
¡Si al menos exhibiera su disgusto
como el bello pavor de los relámpagos!

Mudo en la noche y en el alba mudo;
mudo en el ruido, mudo en el silencio.
En soledad y en concurrencia mudo;
mudo en el mar, los bosques y el desierto.

No registra su huella el duro fósil,
viejo testigo y relator del génesis.
No lo hallaron los buzos bajo el orbe
ni en el cosmos lo hallaron los satélites.

Para siempre dormidos en la Nada
quedaron los millones de posibles…
Despertamos, el resto, a su llamada
para gozar de todo cuanto existe.

Sin haberle pedido la existencia,
comensal resulté de cortesía.
¿No he de gustar los vinos de su mesa
cuando arribe al palacio donde habita?

1 comentario:

  1. Apreciado Toño, Dios habla a traves de tus poemas! Tu sobrino Enrique

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